La educación es clave para construir el futuro de un país

Superar la crisis ética, inventar el futuro y construir el país que queremos de manera colectiva, fueron algunos planteamientos expresados este 23 de julio de 2020, en el foro: “Pensar el país a largo plazo”, organizado por Fundación Esquel, en el marco del Pacto Social por la Vida y por el Ecuador. Una iniciativa que involucra 80 organizaciones sociales y que  busca dar respuestas y soluciones a las problemáticas urgentes que afronta el país. 

Este foro virtual contó con la participación de Miriam Felix, rectora de la Escuela Superior Politécnica Agropecuaria de Manabí y Galo Naranjo, rector de la Universidad Técnica de Ambato y presidente de la Asamblea del Sistema de Educación Superior Ecuatoriana (ASESEC). Condujeron el espacio Juan Francisco Mora y Aracelly Calderón.

Ante la pregunta planteada a los panelistas sobre cómo engrana la propuesta del Pacto Social con el trabajo de la academia, Naranjo aseguró que el sistema de educación ecuatoriano tiene un compromiso ético con el país y, desde ese marco se deben buscar caminos que lleven a solucionar los problemas, desde la investigación y la innovación.  “Si no nos atrevemos a cambiar los llamados modelos mentales que nos atan a condicionamientos de no poder juntar voluntades, jamás serán posibles los cambios sociales. Los pactos sólo serán acuerdos momentáneos y nosotros queremos cambios a profundidad”, apuntó el rector, quien cree que la academia necesita de transformaciones profundas, desde el reconocimiento de que cada uno tiene que aportar con calidad y pertinencia

En ese sentido expuso los lineamientos que han venido trabajando para la agenda 2040 desde ASESEC, donde han identificado cinco tipos de crisis. La sanitaria, económica, social, de valores y de confianza. Esta última, según Naranjo, es la más grave para el Ecuador. “Las personas ya no creen en nadie, ni en partidos, ni en las funciones del Estado”; si hay crisis de fe ¿cómo podemos motivar un cambio fundamental?, se preguntó el experto.

Por eso, Naranjo cree que las universidades tienen el compromiso ético para demostrar al país que los valores y principios son posibles y que las transformaciones pueden darse si partimos de transformaciones personales”. 

Para este rector, es fundamental dar soluciones creativas y cuestionarnos que generen espacios de reflexión colectiva que enfrenten la incertidumbre. “Inventar el futuro es un compromiso existencial, invitar a la construcción de un país en el que seamos líderes y protagonistas de los cambios. De eso depende la existencia de las instituciones educativas y el país”, apuntó. 

De su lado, Félix coincidió en que el país atraviesa por una grave crisis de valores que ha llevado a los ecuatorianos a una crisis económica. Desde la academia, Félix cree que es muy importante el trabajo de investigación que se realiza para vincularse con la realidad y detectar los problemas de la sociedad. “Si no se le apuesta a la educación, no vamos a tener un verdadero progreso”.

En ese marco, la experta cree que una salida viable sería hacer un gran compromiso entre la educación superior, los gobiernos locales y regionales, y la sociedad civil compuesta por una verdadera participación ciudadana y que se tiendan puentes entre las universidades y la educación media para empoderar a los estudiantes y formar profesionales competentes y con valores. 

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