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"Hay que recuperar el Estado para la sociedad y levantar esa idea canalizadora del bien común"
Tras su salida del cargo de Ministro de Educación, Milton Luna volvió a la actividad que la apasiona desde hace más de 20 años: la docencia.
Me recibe en su despacho en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Se lo ve tranquilo y satisfecho por el trabajo realizado durante casi siete meses. Sin embargo, se nota que, por la emoción con la que detalla lo que fue su gestión, le faltó tiempo para consolidar su trabajo, producto de su experiencia como activista social, catedrático universitario y Coordinador Nacional del Contrato Social por la Educación.
¿Cómo evalúa los casi siete meses que estuvo a cargo del Ministerio de Educación?
Con optimismo por saber que de alguna manera la acción de la sociedad civil, cuando ingresa a una actividad tan compleja dentro del Estado, tiene muchos argumentos (...) Lo que hemos construido como sentido de la educación, como objetivos, como inspiración y ruta filosófica fue el ancla y al mismo tiempo, la luz que permitió superar una infinidad cotidiana de incendios que se tuvieron en la gestión. Es decir, si no hubiéramos tenido claro los objetivos, la filosofía, todo esto que, a través de la sociedad civil hemos concentrado por años, hubiera sido muy difícil encarar semejante desafío.
¿El hecho de venir de la sociedad civil fue una fortaleza?
Es importante comprender que esas funciones están llenas de enormes presiones y tensiones que, no sólo la filosofía y los objetivos ayudan, sino también la compañía que se puede tener al respecto. El haber sido un Ministro de Educación que no viene de un partido político fue una enorme ventaja, por un lado, pero también una desventaja o un problema, por otro. Ventaja porque uno asume con la libertad suficiente como para poder adoptar decisiones técnicas; la desventaja es que este tipo de puestos están sometidos a presiones políticas de todo tipo.
El personaje al frente es altamente vulnerable . De hecho, este segundo factor fue el que, a la larga, incidió en esta corta experiencia que estuve al frente de semejante aparato.
¿Qué aprendizajes le dejó esta experiencia?
Es ineludible para quien asuma este tipo de gestión, no solo tener una agenda filosófica y unos respaldos, sino, un equipo técnico solvente. Yo lo tuve, sin embargo, sentí que a momentos los desafíos eran muy grandes.
El contar con experiencia y, sobretodo con un equipo que pueda enfrentar las dinámicas tan diversas que se tienen para manejar el Estado es importante, pero también lo es, el contar con un personal que tenga una comprensión cabal de qué es lo que piensa hace y actúa el otro conjunto de actores de la comunidad educativa, como son los padres de familia, las organizaciones sociales, entre otros.
También es importante saber cómo establecer un diálogo con las otras funciones del Estado. Entre ellas la legislatura, ya que y ahí es donde también hay múltiples posibilidades de perderse. Tuvimos la fortuna de comprender los desafíos con los que ingresamos y que eran altos y demandantes.
¿Cuáles fueron esos desafíos?
Partíamos de la idea de un cambio de modelo educativo y de gestión. Establecer una agenda de trabajo y de acción muy pragmática que permitiera sentar la acción.
Debíamos incidir en cuatro aspectos fundamentales como: afectar positivamente con una propuesta para la educación rural, desde infraestructura, modelo educativo, hasta participación ciudadana dentro del concepto de Nueva Escuela; dotar de textos escolares; recuperar la figura y el papel de los profesores y un cambio de modelo de gestión, hacia un modelo participativo.
La agenda sustantiva, con la apertura de escuelas rurales era transformar ese modelo educativo en contacto con la comunidad y el entorno. Apuntar a una transformación de la realidad, dentro de un modelo transformador y liberador para recuperar una postura. Ese era el motor más importante de esta iniciativa.
(…) No podremos saber ni evaluar todo esto porque muchas cosas se quedaron en papeles, en relaciones, en presupuestos, etc, aunque quedó montado el trayecto (…) Nunca en nuestro imaginario estuvo el hecho de salir tan rápido.
¿Se podría pensar que no se entendió el proceso o los cambios a implementarse?
Nos faltó transmitir a la sociedad el sentido de esta transformación. No queríamos hacer aspavientos porque era el desmontaje de un modelo que se hizo en una década y que en pocos meses íbamos dando pasos. Era irse en contra de ese modelo poderoso, vertical, pero el país aún no ha estado preparado para asumir retos tan profundos.
Nos toca entender que, en educación, es extremadamente importante visualizar los retos y saber que las condiciones hay que construirlas. Lamentablemente faltó tiempo y por eso propusimos el Acuerdo Nacional por la Educación, porque los cambios necesitan de condiciones y esas condiciones se estaban construyendo como empezar por la recuperación de la confianza.
El estar y trabajar desde la sociedad civil y luego pasar al otro lado, le cambió de alguna manera su visión del deber ser de la educación?
Sigo apostando por el Acuerdo Nacional por la Educación y siendo positivo mi retorno a la sociedad civil, con el mismo impulso. He reafirmado algunas cosas: Se necesita el poder del Estado para acelerar los cambios. Entendí, más que nunca, que se requiere de la acción y participación de la sociedad civil para lograr los objetivos. El estado solo y huérfano no puede emprender acciones.
Reafirmé también el hecho de que la sociedad civil tampoco puede efectuar cambios sin la ayuda del Estado. Sin esta, las intenciones pueden quedarse en retórica y grandes deseos. Esta experiencia me ratifica en la necesidad de que hay que recuperar el Estado para la sociedad y levantar, bajo la acción social, esa idea canalizadora del bien común.
¿Qué cree que pasará con el Acuerdo Nacional por la Educación con la nueva administración y cuáles cree que son los retos de la nueva Ministra?
La sociedad civil debe persistir, el Acuerdo Nacional por la Educación surge desde la sociedad civil y hay que mantenerlo. Hoy es un buen momento para hacerlo ya que hay el compromiso y voluntad política que deben ser aprovechadas por la sociedad civil para conversar y superar discrepancias. Hay que persistir en el tema del Acuerdo hoy más que nunca para que estas propuestas puedan ser impulsadas por esta nueva administración.
¿Por dónde empezar?
La Sociedad civil y Estado deben persistir entorno a la generación de condiciones que faciliten el Acuerdo. El tema de la confianza es importante y se deben dar señales desde el Estado.
¿Qué hacer con las dificultades?
Siempre han habido dificultades, como falta de presupuesto, reducción de personal, pero las enfrentamos y hay que enfrentarlas. Lo más fácil para mí hubiese sido abandonar el barco, pero decidimos quedarnos durante este tiempo en donde se ha despejado el terreno y se han hecho varios surcos importantes en donde se sembraron semillas de plantas que, estoy seguro, alguna vez van a florecer.
Para la nueva administración dejamos un terreno más transitable, ya que, cuando asumí el cargo, se llegó a apagar de incendios.
¿Qué planes tiene tras su salida del Ministerio?
El retorno a la sociedad civil, al activismo por la educación y a aportar con el Acuerdo Nacional y con la Mesa de Convergencia. También quiero volver a escribir mi columna en diario El Comercio, porque mucha gente me pide y a la investigación. tengo en carpeta tres libros para los próximos años sobre historia de la educación, los docentes normalistas y la relación de la educación con un modelo de desarrollo sostenible
Cuáles son los retos para la sociedad civil y para la Mesa de Convergencia de cara a este Acuerdo Nacional por la Educación?
La Mesa de Convergencia, junto con el Ministerio de Educación y otros actores sociales debemos, de manera rápida, construir acuerdos que permitan introducirse en políticas públicas específicas y en un tiempo no mayor a cuatro meses. Si no se hace eso nos vamos a quedar en la retórica y en grandes reuniones.
Hay que reducir el ámbito de expectativas y centrar en puntos vitales los acuerdos, como definir el presupuesto del 2020.
También hay que trabajar en la creación de confianza y fomentar la cultura del respeto. Lo importante es tener acuerdos visualizados y constatados por la gente.
"Hay que recuperar el Estado para la sociedad y levantar esa idea canalizadora del bien común"
Tras su salida del cargo de Ministro de Educación, Milton Luna volvió a la actividad que la apasiona desde hace más de 20 años: la docencia.
Me recibe en su despacho en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Se lo ve tranquilo y satisfecho por el trabajo realizado durante casi siete meses. Sin embargo, se nota que, por la emoción con la que detalla lo que fue su gestión, le faltó tiempo para consolidar su trabajo, producto de su experiencia como activista social, catedrático universitario y Coordinador Nacional del Contrato Social por la Educación .
¿Cómo evalúa los casi siete meses que estuvo a cargo del Ministerio de Educación?
Con optimismo por saber que de alguna manera la acción de la sociedad civil, cuando ingresa a una actividad tan compleja dentro del Estado, tiene muchos argumentos (...) Lo que hemos construido como sentido de la educación, como objetivos, como inspiración y ruta filosófica fue el ancla y al mismo tiempo, la luz que superaría una infinidad cotidiana de incendios que se produjeron en la gestión. Es decir, si no hubiéramos tenido claro los objetivos, la filosofía, todo esto que, a través de la sociedad civil hemos concentrado por años, hubiera sido muy difícil encarar semejante desafío.
¿El hecho de venir de la sociedad civil fue una fortaleza?
Es importante comprender que esas funciones están llenas de enormes presiones y tensiones que, no sólo la filosofía y los objetivos ayudan, sino también la compañía que se puede tener al respecto. El haber sido un Ministro de Educación que no viene de un partido político fue una enorme ventaja, por un lado, pero también una desventaja o un problema, por otro. Ventaja porque uno asume con la libertad suficiente como para poder adoptar decisiones técnicas; la desventaja es que este tipo de puestos están sometidos a presiones políticas de todo tipo.
El personaje al frente es altamente vulnerable . De hecho, este segundo factor fue el que, a la larga, incidió en esta corta experiencia que estuve al frente de semejante aparato.
¿Qué aprendizajes le dejó esta experiencia?
Es ineludible para quien asuma este tipo de gestión, no solo tener una agenda filosófica y unos respaldos, sino, un equipo técnico solvente. Yo lo tuve, sin embargo, sentí que a momentos los desafíos eran muy grandes.
El contar con experiencia y, sobretodo con un equipo que pueda enfrentar las dinámicas tan diversas que se tienen para manejar el Estado es importante, pero también lo es, el contar con un personal que tenga una comprensión cabal de qué es lo que piensa hace y actúa el otro conjunto de actores de la comunidad educativa, como son los padres de familia, las organizaciones sociales, entre otros.
También es importante saber cómo establecer un diálogo con las otras funciones del Estado. Entre ellas la legislatura, ya que y ahí es donde también hay múltiples posibilidades de perderse. Tuvimos la fortuna de comprender los desafíos con los que ingresamos y que eran altos y demandantes.
¿Cuáles fueron esos desafíos?
Partíamos de la idea de un cambio de modelo educativo y de gestión. Establecer una agenda de trabajo y de acción muy pragmática que permitiera sentar la acción.
Debíamos incidir en cuatro aspectos fundamentales como: afectar positivamente con una propuesta para la educación rural, desde infraestructura, modelo educativo, hasta participación ciudadana dentro del concepto de Nueva Escuela; dotar de textos escolares; recuperar la figura y el papel de los profesores y un cambio de modelo de gestión, hacia un modelo participativo.
La agenda sustantiva, con la apertura de escuelas rurales era transformar ese modelo educativo en contacto con la comunidad y el entorno. Apuntar a una transformación de la realidad, dentro de un modelo transformador y liberador para recuperar una postura. Ese era el motor más importante de esta iniciativa.
(…) No podremos saber ni evaluar todo esto porque muchas cosas se quedaron en papeles, en relaciones, en presupuestos, etc, aunque quedó montado el trayecto (…) Nunca en nuestro imaginario estuvo el hecho de salir tan rápido.
¿Se podría pensar que no se entendió el proceso o los cambios a implementarse?
Nos faltó transmitir a la sociedad el sentido de esta transformación. No queríamos hacer aspavientos porque era el desmontaje de un modelo que se hizo en una década y que en pocos meses íbamos dando pasos. Era irse en contra de ese modelo poderoso, vertical, pero el país aún no ha estado preparado para asumir retos tan profundos.
Nos toca entender que, en educación, es extremadamente importante visualizar los retos y saber que las condiciones hay que construirlas. Lamentablemente faltó tiempo y por eso propusimos el Acuerdo Nacional por la Educación, porque los cambios necesitan de condiciones y esas condiciones se estaban construyendo como empezar por la recuperación de la confianza.
El estar y trabajar desde la sociedad civil y luego pasar al otro lado, le cambió de alguna manera su visión del deber ser de la educación?
Sigo apostando por el Acuerdo Nacional por la Educación y siendo positivo mi retorno a la sociedad civil, con el mismo impulso. He reafirmado algunas cosas: Se necesita el poder del Estado para acelerar los cambios. Entendí, más que nunca, que se requiere de la acción y participación de la sociedad civil para lograr los objetivos. El estado solo y huérfano no puede emprender acciones.
Reafirmé también el hecho de que la sociedad civil tampoco puede efectuar cambios sin la ayuda del Estado. Sin esta, las intenciones pueden quedarse en retórica y grandes deseos. Esta experiencia me ratifica en la necesidad de que hay que recuperar el Estado para la sociedad y levantar, bajo la acción social, esa idea canalizadora del bien común.
¿Qué cree que pasará con el Acuerdo Nacional por la Educación con la nueva administración y cuáles cree que son los retos de la nueva Ministra?
La sociedad civil debe persistir, el Acuerdo Nacional por la Educación surge desde la sociedad civil y hay que mantenerlo. Hoy es un buen momento para hacerlo ya que hay el compromiso y voluntad política que deben ser aprovechadas por la sociedad civil para conversar y superar discrepancias. Hay que persistir en el tema del Acuerdo hoy más que nunca para que estas propuestas puedan ser impulsadas por esta nueva administración.
¿Por dónde empezar?
La Sociedad civil y Estado deben persistir entorno a la generación de condiciones que faciliten el Acuerdo. El tema de la confianza es importante y se deben dar señales desde el Estado.
¿Qué hacer con las dificultades?
Siempre han habido dificultades, como falta de presupuesto, reducción de personal, pero las enfrentamos y hay que enfrentarlas. Lo más fácil para mí hubiese sido abandonar el barco, pero decidimos quedarnos durante este tiempo en donde se ha despejado el terreno y se han hecho varios surcos importantes en donde se sembraron semillas de plantas que, estoy seguro, alguna vez van a florecer.
Para la nueva administración dejamos un terreno más transitable, ya que, cuando asumí el cargo, se llegó a apagar de incendios.
¿Qué planes tiene tras su salida del Ministerio?
El retorno a la sociedad civil, al activismo por la educación y a aportar con el Acuerdo Nacional y con la Mesa de Convergencia. También quiero volver a escribir mi columna en diario El Comercio, porque mucha gente me pide y a la investigación. tengo en carpeta tres libros para los próximos años sobre historia de la educación, los docentes normalistas y la relación de la educación con un modelo de desarrollo sostenible
Cuáles son los retos para la sociedad civil y para la Mesa de Convergencia de cara a este Acuerdo Nacional por la Educación?
La Mesa de Convergencia, junto con el Ministerio de Educación y otros actores sociales debemos, de manera rápida, construir acuerdos que permitan introducirse en políticas públicas específicas y en un tiempo no mayor a cuatro meses. Si no se hace eso nos vamos a quedar en la retórica y en grandes reuniones.
Hay que reducir el ámbito de expectativas y centrar en puntos vitales los acuerdos, como definir el presupuesto del 2020.
También hay que trabajar en la creación de confianza y fomentar la cultura del respeto. Lo importante es tener acuerdos visualizados y constatados por la gente.
Acuerdos en Cuenca para solucionar problemas de centralismo, vialidad y conectividad
El centralismo, la vialidad y conectividad fueron los temas escogidos este 19 de febrero de 2020, por los cuencanos y azuayos para pensar, dialogar y buscar soluciones loables, en el marco de: “Reencuentros Hoy, Un Pacto por el Mañana”. Un proceso liderado por la Mesa de Convergencia y Fundación Esquel, que tiene por objetivo recuperar la voz ciudadana y plasmar, en ideas concretas, soluciones a los problemas que afectan a los ecuatorianos a partir de una hoja de ruta, que será trazada, desde lo local, hacia lo nacional.
Este es el tercer encuentro de este tipo, que se inscribe como parte de la creación de los capítulos locales de la Mesa de Convergencia que, inicialmente se expandirá hacia Cuenca, Guayaquil y Ambato. La semana pasada se desarrolló un encuentro similar en Ambato, en donde se trataron temas como la productividad y la defensa del empleo local y a inicios de este mes, el diálogo se dio en Quito, en donde se abordó sobre el desempleo.
Boris Cornejo, coordinador de la Mesa de Convergencia aseguró que se entiende a la Democracia como un conjunto de conversaciones difíciles. “Las conversaciones siempre son entre varios y son difíciles cuando los temas son complejos, y los interlocutores diversos, pero la conversa es lo que diferencia a la barbarie de la civilización…”, apuntó.
Este encuentro, que tuvo lugar en la Universidad del Azuay, contó con las ponencias de Santiago García, doctor en economía; María Cecilia Alvarado, exviceprefecta del Azuay, y Enrique Serrano, ex director del Centro de Reconversión Económica del Azuay (CREA).
García arrancó el diálogo con cifras sobre la economía ecuatoriana y la premisa de que actualmente el Ecuador enfrenta una crisis compleja que no se ha vivido en 40 años, con poco bienestar para los ecuatorianos, tensiones socioeconómicas, baja inversión, e inequidad. “Son 18 trimestres que la economía no crece. Seis ecuatorianos de cada 10 están en subempleo, eso debería llamarnos la atención”, apuntó.
Al respecto, planteó como solución, fijar seis objetivos como la reactivación económica, desde la base productiva, una reforma laboral flexible y consensuada, el fortalecimiento de la red de protección social, finanzas públicas sostenibles, diversificar las exportaciones y consolidar un proceso de transición ambiental.
De su lado, Alvarado cuestionó al centralismo, porque a su criterio, este modelo ha dejado inequidad territorial, pobreza y ha propiciado una manipulación territorial que prioriza los recursos por la densidad poblacional, para obtener más votos, más no por el entendimiento de las realidades locales.
Serrano, por su parte, se refirió a los problemas de vialidad que afronta la provincia del Azuay y mencionó que Cuenca ha estado excluida de la inversión y de la planificación estratégica. “Debemos actuar para mejorar la red vial estatal que nos conecta porque el mal estado de las vías afecta nuestra competitividad”, concluyó.
Tras las ponencias de los expertos invitados, se desarrolló un diálogo del cual se obtuvieron cuatro compromisos:
- Creación de mesas de trabajo en descentralización, vialidad, desarrollo económico, educación y liderazgo con la participación de universidades, cámaras, colectivos ciudadanos y presencia de autoridades.
- Articulación con las universidades para generar espacios de difusión de la producción académica para la toma de decisiones, accesible a las instituciones, industria, productores y ciudadanía en general, donde se tome en cuenta la comunicación, y la realidad productiva, social y ambiental de Cuenca.
- Motivar y activar espacios de educación ciudadana y la psicología social, con objetivos claros y perspectiva para activar la capacidad de reacción, reivindicación y liderazgo ciudadano.
- Revisar y generar aportes para mejorar la normativa legal que agilice la producción, tomando en cuenta la dinámica de la economía rural, campesina y de la pequeña industria.
Eco Santiago García Perspectiva Nacional
Realidad de la Vialidad
María Cecilia Alvarado
Centralismo
Enrique Serrano
Cuenca - Realidad vial
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Análisis y propuestas: situación actual económica
La necesidad de proteger al sector comercial e industrial ecuatoriano, el de adaptarse a una nueva realidad, mantener los empleos y la liquidez en la economía, así como la importancia de llegar a acuerdos fueron las principales conclusiones del foro virtual “Análisis y propuestas: situación actual económica”, desarrollado este 23 de abril de 2020 por la Mesa de Convergencia, bajo la coordinación de Fundación Esquel.
Este foro -que es parte de los Diálogos Convergentes que se realizan cada semana de manera virtual- contó con la participación de Diego Mosquera, vicepresidente del Comité Empresarial Ecuatoriano; Diego Proaño, economista y consultor empresarial y Oswaldo Landázuri, gerente general de Metaltronic S.A. y miembro activo del Comité de Industrias, moderaron el diálogo: Agustín Sánchez y Aracelly Calderón.
Ante este difícil panorama causado por la pandemia mundial, Mosquera manifiesta su preocupación por mantener la liquidez de las empresas y su sostenibilidad a futuro, para precautelar los empleos. “El panorama es serio y tendremos que reinventarnos de alguna manera para ajustar nuestro accionar empresarial hacia la nueva forma que nos va a tocar vivir de aquí en adelante”, dijo.
Para Mosquera es clave sostener la dolarización y reactivar la economía con la inyección de capital al sistema, sin cobrar más impuestos o contribuciones a las empresas, en referencia a los proyectos de ley enviados por el Ejecutivo, al Legislativo, a propósito de la crisis sanitaria.
Proaño coincidió con Mosquera, respecto a que los proyectos de ley del Ejecutivo no son suficientes para reactivar la economía, cuya afectación, según su análisis, se verá reflejada en el incremento del desempleo y la pobreza.
Para Proaño es fundamental tomar en cuenta al sector de la economía popular y solidaria para reactivar al país. “Esta crisis merece más respuestas. Dejemos la polarización y frustración, necesitamos hacer acuerdos mínimos entre el Gobierno, los políticos, los indígenas, sindicatos, sociedad civil, empresarios, la iglesia para buscar un punto medio de gobernabilidad (...) vamos a necesitar un nuevo consenso en el mundo”.
De su lado, Landázuri expuso los retos que se tienen ante esta emergencia, como: mantener la liquidez en las empresas para sobrevivir ante la crisis; entender el futuro desde el punto de vista industrial y los cambios que se generen para poder adaptarse a esta nueva realidad, así como buscar mecanismos de protección para las industrias, frente a las amenazas externas y la competencia de los países vecinos que tienen moneda propia y mayor flexibilidad.
“Si elegimos la dolarización, que es un esquema monetario rígido, nos toca flexibilizar todo el resto, porque, de lo contrario, el ajuste vendrá con desempleo y veremos un shock complejo de llevar”, apuntó el empresario, quien cuestionó la incertidumbre en la que se vive en el Ecuador y la improvisación del Gobierno que, a su criterio, no ha hecho los esfuerzos suficientes para traer recursos al país. “No podemos acostumbrar al Estado a que cobre impuestos cada vez que haya un problema”.
Al igual que los otros expertos, Landázuri ve necesario lograr acuerdos, de lo contrario, cree que estaremos condenados a repetir los mismos errores.
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Ciudadanía organizada en Guayaquil construye propuesta para la agricultura campesina
En Guayaquil se gesta una iniciativa ciudadana para enfrentar los problemas de la agricultura campesina de la Costa, bajo el liderazgo de la Mesa de Convergencia coordinada por la Fundación Esquel. Para el efecto se reunieron este 28 de febrero de 2020, 25 representantes de distintos sectores: universidades, gremios campesinos, representantes del sector público y organizaciones de la sociedad civil.
La reunión tuvo tres momentos: diagnóstico, debate y elaboración de una hoja de ruta para la realización de las propuestas. Para Rafael Guerrero, experto en el estudio de este sector, dijo que entre los problemas identificados se encuentran los siguientes: falta de servicios financieros regulares, falta de una política de riego y drenaje, desorganización de los mercados de frutos y hortalizas, falta de un modelo de empresa campesina asociativa, inexistencia de inteligencia de mercados. A estos problemas se suma la precariedad de la economía nacional en un momento de crisis, la realidad de que el sector exporta pocos productos y que además llega a pocos mercados.
Los problemas del sector no están aislados de lo que ocurre en el mundo globalizado desde una perspectiva que considera una visión sistémica, según Ramón Espinel, director del Centro de Investigaciones Económicas y Agrícolas de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL). Para entender la complejidad del problema, expresó el académico, se debe invertir en investigación, porque es necesario conocer más las dinámicas de la agricultura campesina. La globalización se caracteriza por el avance de la tecnología, las exigencias de la competitividad y la producción, insistió. En este mismo orden de ideas, Boris Cornejo, presidente de Esquel, mencionó que tampoco se debe perder de vista la situación de crisis de la economía nacional, la fragilidad de la dolarización, los problemas de desempleo, la baja competitividad de la economía nacional y la precariedad de la institucionalidad democrática.
Para los representantes de los pequeños productores de la Costa hay preocupación acerca de las negociaciones que el Estado podría adelantar y concretar con los Estados Unidos bajo la modalidad de tratado de libre comercio. Para ese tipo de escenarios debería haber una representación de todos los gremios y agrupaciones del agro.
Por otra parte, se acentuó la idea de que este tipo de propuestas que lidera la Mesa de Convergencia recoja los criterios y propuestas de los agricultores que están en el campo, pues en reiteradas ocasiones, las autoridades que han estado al frente de la cartera de Agricultura, deciden sin contar con las apreciaciones de quienes están en el territorio.
Entre las propuestas está la revisión de la malla curricular de los sectores del campo. Hay un desface entre la formación de los sectores rural y urbano. Hay que replantear las acciones del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIAP). Es un hecho que los hijos e hijas de los campesinos en edad promedio de 20 a 25 años han optado por la emigración. Hay que mapear los sectores productivos de la Costa y trabajar en propuestas educativas que hagan contención y generen oportunidades para las juventudes.
Los participantes insistieron en la necesidad de realizar un diagnóstico del sector agrícola, sobre todo un mapeo de producción, ya que poco se conoce los productos que hay en cada zona y sobre todo a qué mercados estos podrían ir. Hubo una insistencia en impulsar una estrategia de inteligencia de mercados con el afán de diversificar la producción, mejorar la competitividad y fomentar un buen desempeño del sector.
La Mesa de Convergencia de Guayaquil constituyó un grupo de trabajo que preparará un diagnóstico sobre la situación actual del sector, propondrá un modelo para la economía campesina de la Costa llevará cabo un proceso de concertación con las organizaciones sociales que trabajan en este sector, para contar con una propuesta de política pública que será entregada a las autoridades del Estado para su implementación, monitoreo y seguimiento.
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Ciudadanos firman la Carta de Quito para combatir la corrupción
Con una “Carta de Quito por un Ecuador libre de corrupción” y una proclama para reestructurar las instituciones -con miras a fortalecer el estado de derecho y la democracia- cerró el diálogo ciudadano: “Todos contra la corrupción”, organizado por Fundación Esquel, la Mesa de Convergencia y la Comisión Nacional Anticorrupción (CNA). El encuentro tuvo lugar este 17 de enero de 2019 en el Centro de Convenciones Eugenio Espejo de Quito y congregó a más de un centenar de personas, entre autoridades, activistas y sociedad civil, quienes sumaron sus firmas para luchar contra este cáncer social.
“Estamos aquí porque estamos hartos de tanta corrupción. La corrupción se ha vuelto parte del paisaje y eso no lo podemos permitir más, es hora de indignarnos...”. Con esta frase abrió el diálogo Boris Cornejo, presidente ejecutivo de Fundación Esquel, para quien es una necesidad evaluarnos, apoyar estos procesos de cambio y apostar por el país.
Para Cornejo, el autoritarismo y la concentración de poder permitieron que se incremente la corrupción, lo que hace urgente fortalecer las instituciones que son la base de la democracia. “No debemos dejar que nos den resolviendo los problemas. No podemos cruzarnos de brazos. Debemos demostrar nuestra capacidad de indignarnos (...) Tenemos que seguir educando a la gente. Los valores son fundamentales, sin valores ni ética no hay democracia”, concluyó el presidente de Esquel.
El excontralor Alfredo Corral Borrero definió a la corrupción como el aprovechamiento, en beneficio propio, de bienes y recursos que le pertenecen al Estado, y por ende, al pueblo. Afirmó que la corrupción es un mal que debe ser erradicado y que el ser humano no es corrupto por naturaleza. “Tenemos que seguir confiando en que habemos gente honesta en el País que queremos un futuro mejor (...) El funcionario público debe saber que tiene que servir a su pueblo y no servirse a sí mismo”.
En ese contexto y tras calificar al gobierno de Rafael Correa como “el más corrupto de la historia del Ecuador”, por los hechos que, cada vez, se van descubriendo, hizo una propuesta que arrancó aplausos: prisión perpetua para los corruptos que no devuelvan lo robado. Para el Excontralor es necesario plantear esto dentro de las reformas al Código Orgánico Integral Penal.
Corral también opinó sobre un tema coyuntural del cambio de la figura del Contralor General por un Tribunal de Cuentas, tras lo que se preguntó cómo se garantizará su eficacia institucional sin que se diluya la responsabilidad . “Yo no creo que sea la solución”. Concluyó el Excontralor.
El coordinador nacional de la CNA, Jorge Rodríguez acotó que es necesaria una transformación con cambios estructurales en todo el sistema que maneja el control en el País. También se refirió al trabajo que ha venido realizando la Comisión y lamentó que a pesar de haber hecho bien el trabajo, han fallado en cuanto a resultados.
El periodista de investigación Juan Carlos Calderón y director de la revista digital Plan V cerró el diálogo con una lectura poética y esperanzadora desde su propia experiencia. En ese marco, narró el abrupto cierre de revista Vanguardia en una época en donde se promulgó una Ley de Comunicación que hacía casi imposible hacer periodismo de investigación y cómo, “un grupo de locos” decidieron no callar y seguir haciendo periodismo, mientras la prensa tradicional se silenció y censuró.
Tras años de hacer frente a ataques cibernéticos, amenazas directas del gobierno y falta de presupuesto, que los llevó a un cierre inminente, comentó que se consolidó el periodismo digital de investigación, en medio de una guerra en contra del periodismo de investigación libre. “La prensa libre es la cruz de los tiranos”.
Para Calderón, lo que lo hizo resistir ha sido su lucha por la libertad. Los invito a ser tercos (...) a volver a creer y Confiar el país, en nosotros y nuestro futuro (...) Nuestro deber es jugarnos por nuestros ideales, el futuro es para quienes se la juegan (...) Es nuestro deber escribir la palabra esperanza”.
El diálogo, moderado por Alberto Molina, culminó con un foro de preguntas y la firma a la Carta de Quito. Si desea leer y firmar la carta, presione AQUÍ.
Ciudadanos firman la Carta de Quito para combatir la corrupción
Con una “Carta de Quito por un Ecuador libre de corrupción” y una proclama para reestructurar las instituciones -con miras a fortalecer el estado de derecho y la democracia- cerró el diálogo ciudadano: “Todos contra la corrupción”, organizado por Fundación Esquel, la Mesa de Convergencia y la Comisión Nacional Anticorrupción (CNA). El encuentro tuvo lugar este 17 de enero de 2019 en el Centro de Convenciones Eugenio Espejo de Quito y congregó a más de un centenar de personas, entre autoridades, activistas y sociedad civil, quienes sumaron sus firmas para luchar contra este cáncer social.
“Estamos aquí porque estamos hartos de tanta corrupción. La corrupción se ha vuelto parte del paisaje y eso no lo podemos permitir más, es hora de indignarnos ... ”. Con esta frase abrió el diálogo Boris Cornejo, presidente ejecutivo de Fundación Esquel, para quien es una necesidad evaluarnos, apoyar estos procesos de cambio y apostar por el país.
Para Cornejo, el autoritarismo y la concentración de poder permitieron que se incremente la corrupción, lo que hace urgente fortalecer las instituciones que son la base de la democracia. “No debemos dejar que nos den resolviendo los problemas. No podemos cruzarnos de brazos. Debemos demostrar nuestra capacidad de indignarnos (...) Tenemos que seguir educando a la gente. Los valores son fundamentales, sin valores ni ética no hay democracia ”, concluyó el presidente de Esquel.
El excontralor Alfredo Corral Borrero definió una corrupción como el aprovechamiento, en beneficio propio, de bienes y recursos que pertenecen al Estado, y por ende, al pueblo. Afirmó que la corrupción es un mal que debe ser erradicado y que el ser humano no es corrupto por naturaleza. “Tenemos que seguir confiando en que habemos gente honesta en el País que queremos un futuro mejor (...) El funcionario público debe saber que tiene que servir a su pueblo y no servirse a sí mismo”.
En ese contexto y tras calificar al gobierno de Rafael Correa como “el más corrupto de la historia del Ecuador”, por los hechos que, cada vez, se van descubriendo, hizo una propuesta que arrancó aplausos: prisión perpetua para los corruptos que no devuelvan lo robado. Para el Excontralor es necesario plantear esto dentro de las reformas al Código Orgánico Integral Penal.
Corral también opinó sobre un tema coyuntural del cambio de la figura del Contralor General por un Tribunal de Cuentas, tras lo que se preguntó cómo se garantizará su eficacia institucional sin que se diluya la responsabilidad . “Yo no creo que sea la solución”. Concluyó el Excontralor.
El coordinador nacional de la CNA, Jorge Rodríguez acotó que es necesaria una transformación con cambios estructurales en todo el sistema que maneja el control en el País. También se refirió al trabajo que ha venido realizando la Comisión y lamentó que a pesar de haber hecho bien el trabajo, han fallado en cuanto a resultados.
El periodista de investigación Juan Carlos Calderón y director de la revista digital Plan V cerró el diálogo con una lectura poética y esperanzadora desde su propia experiencia. En ese marco, narró el abrupto cierre de revista Vanguardia en una época en donde se promulgó una Ley de Comunicación que hacía casi imposible hacer periodismo de investigación y cómo, “un grupo de locos” decidieron no callar y seguir haciendo periodismo, mientras la prensa tradicional se silenció y censuró.
Tras años de hacer frente a ataques cibernéticos, amenazas directas del gobierno y falta de presupuesto, que los llevó a un cierre inminente, notó que se consolidó el periodismo digital de investigación, en medio de una guerra en contra del periodismo de investigación libre. “La prensa libre es la cruz de los tiranos”.
Para Calderón, lo que lo hizo resistir ha sido su lucha por la libertad. Los invito a ser tercos (...) a volver a creer y Confiar el país, en nosotros y nuestro futuro (...) Nuestro deber es jugarnos por nuestros ideales, el futuro es para quienes se la juegan (...) Es nuestro deber escribir la palabra esperanza ”.
El diálogo, moderado por Alberto Molina, culminó con un foro de preguntas y la firma a la Carta de Quito. Si desea leer y firmar la carta, presione AQUÍ .
Comisión Nacional Anticorrupción reafirma y reactiva su trabajo desde sus 17 núcleos provinciales
Con la presencia del Contralor General del Estado, Pablo Celi, la Comisión Nacional Anticorrupción (CNA) tuvo este 22 de agosto de 2019 un encuentro de fortalecimiento de su modelo de gestión, en Quito, al que asistieron integrantes de 17 núcleos provinciales a nivel nacional. Este encuentro tuvo el apoyo de la Mesa de Convergencia, impulsada por Fundación Esquel, en su ánimo de facilitar y generar espacios de diálogo para el fortalecimiento de la sociedad civil.
La reunión sirvió para concretar acciones entre la CNA y la Contraloría General, y, de esa manera, dar seguimiento al convenio interinstitucional de cooperación, entre las dos instituciones, para luchar contra la corrupción. El Contralor Celi ofreció a los presentes organizar un sistema de trabajo y diseñar un protocolo para el control público y social de la corrupción. Esto para que los núcleos provinciales puedan articularse a nivel local. También propuso mantener una comisión general con la Función de Transparencia del Gobierno para que los miembros de la CNA puedan exponer sus dudas ante las autoridades.
El Contralor General señaló la necesidad de “potenciar el trabajo de la Comisión Anticorrupción para que sea una palanca de acción pública con trascendencia en decisiones estatales”.
De su lado, Germán Rodas, flamante coordinador de la CNA, aseguró que esta reunión con los 17 núcleos provinciales es muy importante para establecer elementos de trabajo y acciones que favorezcan la lucha contra la corrupción y en la perspectiva de favorecer una función de control. Entre esas acciones están los convenios con instituciones del Estado como la Contraloría, el Municipio de Quito, el Consejo de la Judicatura. Todo ello con el fin de promover, desde la sociedad civil organizada, una contraloría social para luchar contra “las gavillas que asaltaron al país”.
Respecto al ofrecimiento del Contralor, Rodas ve con optimismo que se abra la posibilidad de trabajar de manera conjunta desde las provincias, con un diálogo directo entre las delegaciones de esa entidad del Estado. Rodas cree que es vital buscar un equilibrio entre la contraloría social y la contraloría que se ejerce desde el Estado . “No somos veedores, hacemos contraloría social en función de los requerimientos del país”.
Su intervención concluyó con un llamado a los miembros de la Comisión a continuar su labor en esta nueva etapa en donde él asumió la coordinación de la organización, tras la salida de Jorge Rodríguez. “Creemos que con fe y patriotismo podemos cambiar la patria. La lucha es permanente, no bajemos la guardia”, concluyó Rodas.
Por su parte Boris Cornejo, presidente de Esquel y Coordinador de la Mesa de Convergencia reiteró el compromiso de esas organizaciones de continuar apoyando el trabajo de la CNA en sus afanes de combatir la corrupción y evitar que el país se convierta en el reino de la impunidad.
Comisión Nacional Anticorrupción reafirma y reactiva su trabajo desde sus 17 núcleos provinciales
Con la presencia del Contralor General del Estado, Pablo Celi, la Comisión Nacional Anticorrupción (CNA) tuvo este 22 de agosto de 2019 un encuentro de fortalecimiento de su modelo de gestión, en Quito, al que asistieron integrantes de 17 núcleos provinciales a nivel nacional . Este encuentro tuvo el apoyo de la Mesa de Convergencia, impulsada por Fundación Esquel, en su ánimo de facilitar y generar espacios de diálogo para el fortalecimiento de la sociedad civil.
La reunión sirvió para concretar acciones entre la CNA y la Contraloría General, y, de esa manera, dar seguimiento al convenio interinstitucional de cooperación, entre las dos instituciones, para luchar contra la corrupción. El Contralor Celi ofreció a los presentes organizar un sistema de trabajo y diseñar un protocolo para el control público y social de la corrupción. Esto para que los núcleos provinciales puedan articularse a nivel local. También propuso mantener una comisión general con la Función de Transparencia del Gobierno para que los miembros de la CNA puedan exponer sus dudas ante las autoridades.
El Contralor General señaló la necesidad de “potenciar el trabajo de la Comisión Anticorrupción para que sea una palanca de acción pública con trascendencia en decisiones estatales”.
De su lado, Germán Rodas, flamante coordinador de la CNA, aseguró que esta reunión con los 17 núcleos provinciales es muy importante para establecer elementos de trabajo y acciones que favorezcan la lucha contra la corrupción y en la perspectiva de favorecer una función de control. Entre esas acciones están los convenios con instituciones del Estado como la Contraloría, el Municipio de Quito, el Consejo de la Judicatura. Todo ello con el fin de promover, desde la sociedad civil organizada, una contraloría social para luchar contra “las gavillas que asaltaron al país”.
Respecto al ofrecimiento del Contralor, Rodas ve con optimismo que se abra la posibilidad de trabajar de manera conjunta desde las provincias, con un diálogo directo entre las delegaciones de esa entidad del Estado. Rodas cree que es vital buscar un equilibrio entre la contraloría social y la contraloría que se ejerce desde el Estado . “No somos veedores, hacemos contraloría social en función de los requerimientos del país”.
Su intervención concluyó con un llamado a los miembros de la Comisión a continuar su labor en esta nueva etapa en donde él asumió la coordinación de la organización, tras la salida de Jorge Rodríguez. “Creemos que con fe y patriotismo podemos cambiar la patria. La lucha es permanente, no bajemos la guardia”, concluyó Rodas.
Por su parte Boris Cornejo, presidente de Esquel y Coordinador de la Mesa de Convergencia reiteró el compromiso de esas organizaciones de continuar apoyando el trabajo de la CNA en sus afanes de combatir la corrupción y evitar que el país se convierta en el reino de la impunidad .
Defender los mecanismos de participación ciudadana en un clima de libertad es la conclusión, tras foro de expertos en Guayaquil
La participación ciudadana en la democracia, el desempeño del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) y su pertinencia fueron materia de reflexión por parte de académicos y expertos este 20 de agosto de 2019, en Guayaquil en el foro denominado: “¿Qué ¿Hacemos con el Consejo de Participación Ciudadana? ”, Organizado por La Mesa de Convergencia, impulsada por Fundación Esquel.
Este es el segundo foro que se realiza para debatir sobre el tema, frente a las propuestas presentadas para eliminar o limitar las funciones de este organismo.
El encuentro contó con la presentación de Francisco Huerta, subdirector de diario Expreso; Elcy Celi, presidenta del Foro de Abogados por la Seguridad Social; César Cárdenas, director del Observatorio Ciudadano de Servicios Públicos y la moderación del politólogo César Ulloa.
Al inicio del Foro, Dolores Padilla, co coordinadora de la Mesa de Convergencia dio la bienvenida y se refirió a la importancia de la organización social como fuerza creadara de la acción colectiva y de la corresponsabilidad que tiene la ciudadanía para involucrarse y construir una democracia de calidad. Esto sirvió como marco para abrir el debate en donde hubo posiciones contrapuestas entre quienes creen que se debe eliminar este Consejo, o mantenerlo.
Francisco Huerta, subdirector de diario Expreso advirtió que se debe tener cuidado con los mecanismos gubernamentales de participación. Para él, queda claro que el CPCCS no tuvo interés en fomentar la participación ciudadana y que, más bien, este organismo puso énfasis en los nombramientos de autoridades de control para garantizar la impunidad.
Ante la crisis de partidos políticos que, a su criterio han desvirtuado la representación de la ciudadanía, Huerta cree que se necesita de un sistema nuevo, con reglas nuevas que incentivan la creación institucional. Recalcó el valor de las libertades para tener éxito en este proceso: “Si nos descuidamos, vuelve a la época de la intolerancia y la participación ciudadana requiere de un clima de libertades”, apuntó.
Tras citar al sociólogo alemán Ralf Dahrendorf dijo: “No podemos cruzarnos de brazos frente al desencanto, sino hacer de este, un germen para la nueva democracia” (...) “Actuamos en función de lo que deseamos no de lo que queremos. Lo que no funciona es la demagógica de cómo estamos estructurando nuestras instituciones”, concluyó Huerta.
De su lado, la jurista Elcy Celi coincidió en que no se ha logrado detectar que este organismo haya encausado a la ciudadanía para involucrarse en los temas de gobierno, pues poca gente conoce lo que verdaderamente ha hecho esa entidad. Cree que tampoco se han encontrado avances para impulsar la participación ciudadana, ni fomentado espacios de diálogo público o gestión de transparencia. .
Celi apoya la eliminación de este Consejo vía reforma constitucional, pues cree que este organismo ha dejado un saldo rojo al país. Se preguntó la vía idónea para incentivar a la participación ciudadana y crear células cívicas. Sugirió construir, desde la ciudadanía, comunidades más participativas e incluyentes para incidir en el gobierno.
Finalmente, César Cárdenas puso la voz disonante al encuentro y discrepó en la necesidad de eliminar a este organismo. “Es mentira que el Consejo de Participación haya sido construido por el correismo. Esa instancia nació como respuesta a algo que buscamos miles de personas y organizaciones”, dijo.
Cárdenas cree el principio de este organismo estuvo mal concebido. Sin embargo, contrario a eliminarlo, considera que se debe buscar el problema y mirar soluciones. “Si una institución funciona mal no hay que incendiar esa institución, sino ver en qué está fallando y solucionarlo.
El activista cree que lo más importante es defender esos mecanismos de participación ciudadana que han sido útiles para que los ciudadanos comunes puedan dialogar con las autoridades. “Hay que re pensar la institucionalidad y también los organismos de control que no deben estar al servicio del poder. Hay que repensar que exista una verdadera participación ciudadana transformadora. Llegar a los niveles que teníamos hasta antes de la Constituyente de Montecristi ”, concluyó.
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