En una democracia con calidad, la justicia es oportuna, veraz, ecuánime y sin sesgos de ningún orden. La administración de la justicia no reconoce partidos, marcas, personas ni grupos de interés. En ese sentido, la relación entre democracia y justicia determinan la eficiencia en la lucha contra la corrupción y la impunidad. Pero también la movilización y participación de la ciudadanía con su capacidad para investigar y denunciar entramados de corrupción como fueron los casos Odebrecht y Arroz Verde que marcan un hito en la historia, pues evidencian la importancia del escrutinio ciudadano en el financiamiento de la política, la manera cómo se produce la designación de los cargos de alta representación, las relaciones anómalas entre las funciones del Estado en un manto de porosidad y acuerdos por fuera de la ley. La corrupción en Ecuador ha sido histórica, sistemática y con una inmensa capacidad de renovarse. Por esa razón, hay que mirar sus raíces e impedir que tenga futuro. Una sociedad que combate la corrupción con una eficiente administración de justicia saca del juego la polarización entre los ciudadanos y las ciudadanas, la victimización y los falsos protagonismos. Por eso, la justicia debe actuar con la misma contundencia en todos los casos sin mirar encuestas, presiones o amenazas de ningún tipo. La transparencia incentivará una mejor y mayor participación política de las actuales y nuevas generaciones, porque volverán a creer en el sistema político. Es indispensable prevenir la corrupción a todo nivel, desde lo cotidiano hasta las altas esferas del Estado mediante la ética individual y pública, y una verdadera educación en ese sentido. Ningún gobierno a escala nacional o local puede usar el dinero del pueblo para sus intereses ni para los de ningún grupo. Cada dólar que se va hacia la corrupción resta las posibilidades de acceso a la educación, salud y servicios públicos. Las acciones y decisiones de las instituciones del sistema de justicia: la Fiscalía y la Corte Nacional de Justicia abren nuevas perspectivas de futuro para todas las generaciones, porque exigiremos que se siga actuando de manera implacable con las personas que quieran hacer del Estado un botín personal o grupal. Este hito permitirá restaurar la institucionalidad y mejorar la democracia tan venida a menos en los últimos años. Es una tarea de todos y todas trabajar por un mejor país y por ello seguimos convocando a un Pacto Social por la Vida y por el Ecuador. César Ulloa Coordinador Boris Cornejo Mesa Anticorrupción e Impunidad Rafael Guerrero y Ramón Espinel Mesa Agricultura Familiar Campesina Juanita Bersosa Mesa de Descentralización Cristina Almeida Mesa Sistema de Protección contra Violencias Santiago García Mesa de Economía Juan Nicolás Alvarado Mesa de Educación Walter Mena Mesa de Salud Enrique Serrano Mesa Ambiente Informes: César Ulloa Coordinador Pacto Social por la Vida y el Ecuador 0995808473