Encuentro de la memoria viva de Malchinguí

En el marco del proyecto “Revitalización Cultural para el Fortalecimiento del tejido social en relación a la gestión integral del parque Cochasquí“, que Esquel ejecuta en alianza con el Gobierno Autónomo Descentralizado de la provincia de Pichincha, se realizó el primer encuentro para la recuperación de historias y leyendas en Malchinguí, una de las parroquias del cantón Pedro Moncayo, cercano al parque Arqueológico de Cochasquí.
El proyecto busca promover el fortalecimiento del tejido social de las localidades emblemáticas cercanas al Parque, a través de un proceso de revitalización de sus expresiones culturales, para potenciar y cualificar la participación ciudadana en la ejecución del Plan de Gestión Integral del Parque.
Un encuentro emotivo, lleno de anécdotas, compartieron los jóvenes de esta parroquia, con los habitantes más ancianos de la zona, quienes se reunieron alrededor del fuego.
Antiguas palabras y términos, viejas costumbres para preparar recetas, cuentos infantiles, historias de viejas haciendas y terratenientes, leyendas de personajes, cuentos de miedo, hasta historias de parteras, revivieron la memoria de los más sabios de Malchinguí y captaron la atención de los más pequeños.
El “chugchi”
Doña Tarcila recuerda cómo cosechaban los granos antes de Semana Santa, para elaborar la fanesca. Esta actividad la llamaban “chugchi”.
También recuerda las “rogativas”, que era una especie de procesión con los santos de la iglesia por las calles de la parroquia, en especial, cuando llovía.
La leyenda del animero
Doña María Ester recordó la leyenda del animero, un personaje muy conocido en Malchinguí,  una tradición que hace poco, se perdió. Todos recuerdan a este personaje que salía el 2 de noviembre, día de los santos difuntos.
Doña Victoria asegura que nadie se atrevía a mirar por la ventana, mientras pasaba el animero, pues la leyenda dice que quien lo haga, muere al instante.
Antes de recorrer las calles de Malchinguí, este personaje, que iba cubierto de blanco de pies a cabeza, salía a las 12 en punto desde el cementerio, para rezar el Padre Nuestro en cada esquina, en tono muy fúnebre.
Mientras que Doña María Ester recordó la historia de un grupo de jóvenes curiosos, que una vez siguieron al animero, para ponerle una trampa y así poder conocerlo. Pero tuvieron tanto miedo que salieron corriendo, hasta caer con “ansia de muerte, según recuerda. “Sus padres los llevaron donde el Párroco para que los cure; fueron las almitas”, dice.

 

El Parque
El parque Arqueológico de Cochasquí tiene 84 hectáreas, donde se distribuyen 15 tolas cuadrangulares. Cuenta con un museo arqueológico de sitio, dos museos etnográficos, un jardín etno-botánico y un museo didáctico de instrumentos musicales, armas y elementos de juego.
El material arqueológico es el resultado de un proceso científico que se inició en el año 1933, con los primeros descubrimientos del arqueólogo Alemán Max Uhle.
Cochasquí es un testimonio de un remoto pasado, que pertenece al período de integración de la prehistoria de 500 a 1.500 años D.C en dos períodos: 950-1250 a.c. y 1250-1550 a.c.
Por su valor histórico cultural, la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO le otorgó el reconocimiento de Patrimonio Nacional.

Read 28189 times